viernes, 27 de mayo de 2011
jueves, 26 de mayo de 2011
A propósito de las movilizaciones contra HidroAysén ¡Interrumpir el progreso del capital!
¡A superar los límites de nuestras luchas!
Ya deberíamos tenerlo claro: Es tan evidente la contradicción, tan patente el daño, tan clara la irracionalidad tras megaproyectos como los de HidroAysén, que son miles quienes salen a la calle para demostrar su inconformidad. Pero aún seguimos criticando y actuando en la cancha que nos rayaron.
Nos hablan del “progreso”. “Para alcanzarlo hay que hacer sacrificios”, nos dicen. Y nosotros/as no queremos los sacrificios que ellos nos imponen, porque sabemos que siempre significan el aumento de los niveles de explotación en el trabajo, la depredación intensa sobre nuestro entorno natural, el encarecimiento general de los medios de subsistencia, condiciones ambientales adversas para nuestra salud, etc. Es decir, siempre el mentado progreso es a costa nuestra. Pero a pesar de esto, les seguimos el jueguito y afirmamos que sí, que queremos progreso, que nuestro país debe seguir creciendo económicamente. Entonces llevamos la crítica y la discusión a un plano meramente técnico. Y si es así, entonces las vías son claras: apego a la legalidad impuesta desde arriba, manifestaciones encuadradas en lo que ellos quieren ver, búsqueda de soluciones definitivas a través de la política tradicional y los organismos judiciales actuales y/o clamar por energías alternativas, lo que es darle a otros capitalistas la posibilidad de enriquecerse. ¡Qué felices deben de estar estos empresarios y políticos con tan predecibles y respetuosos manifestantes! ¡Qué eficaz maquinaria social es la del capitalismo, que transforma las protestas por las contradicciones que ella misma genera en nuevas posibilidades de inversión!
¡Pero ya está bueno! Sin duda que las airadas protestas contra HidroAysén y otros nefastos proyectos industriales y energéticos constituyen un alentador signo de sensibilidad social/ambiental. Pero para no perder, como nos suele suceder cuando peleamos con las herramientas que nuestro enemigo nos entrega (no precisamente para tener un combate justo), tenemos que empezar a dar pasos, tanto a nivel de análisis como de acción. Resulta que el problema no es que el progreso se esté construyendo mal. El problema es la lógica que presupone ese progreso. Y esa es, ni más ni menos, que el progreso del capitalismo. El avance de un sistema que tiene como única racionalidad (si se le puede llamar así a lo absurdo y contradictorio de su lógica) la continua acumulación de capital en manos de una clase minoritaria. Hablemos claro. El país no precisa de más energía (el consumo doméstico no representa más del 20% de la energía producida), es la lógica capitalista la que pide más. Son las necesidades industriales, en especial de la gran minería, las que piden ser saciadas. Y, por una parte, las ganancias de esas empresas son prácticamente en su totalidad particulares; y por otra, tampoco aquellos procesos dependen de demandas reales, ni a nivel nacional ni mundial, sino que sólo entran a formar parte de los circuitos internacionales del capital para el mantenimiento del mismo. Un sistema que se basa en la producción de mercancías, gracias a la explotación humana y al saqueo natural, para el lucro de muy pocos y no para la satisfacción de necesidades humanas reales, es un sistema que opera de manera anti-natural, que precisa de la alienación humana, tanto a nivel de conciencia como del producto de su mismo trabajo. Entonces, es con la alienación con la que debemos romper.
Generemos comunidades de lucha que hagan prevalecer relaciones cooperativas y solidarias. Que las redes virtuales y ficticias de facebook y similares pasen a ser redes concretas de individualidades y grupos discutiendo, debatiendo, aprendiendo, actuando. Superemos el ciudadanismo impotente, mecanismo de regulación del mismo capitalismo aberrante. Reconozcámonos como explotados/as y construyamos de forma autónoma los caminos para dejar de serlo. De otra manera, este proceso de movilizaciones no pasará de ser una anécdota en la cotidianidad de la explotación estatal/capitalista.
Radicalicemos nuestras luchas. Es decir, vayamos a la raíz de los conflictos. Rescatemos las experiencias positivas de cada movimiento y sacudámonos de todo lastre politiquero, que sólo intenta limitar y castrar nuestras luchas, vaciándolas de contenido a cambio de –en el mejor de los casos– obtener migajas por un breve tiempo, mientras arriba se atragantan con el pastel. Que nuestras demandas no sean recuperadas por capitalistas disfrazados de ecologistas. El ecologismo que sólo cuestiona los aspectos técnicos de la dominación global, está actuando como jardinero esclavo de las mansiones de los ricos. Los conflictos ambientales deben ser abordados de manera integral como parte de la explotación total a que nos somete el capitalismo y sus Estados. La única forma de superarlos es la acción integral y autónoma de nuestra clase, desechando toda mediación, creando desde ya las condiciones para una sociedad libre de alienación, empleando las medidas de fuerza que sean necesarias y coherentes para conseguir nuestra autoliberación.
¡A interrumpir el progreso del Capital!
¡A construir
(extraido de http://www.el-radical-libre.blogspot.com/)
Critica al estudiantado reformista.
Los medios de comunicación, los currículos educacionales, la formación de docentes, las instituciones de educación no buscan sino perpetuar una forma de vida, que a la vez constituye un problema en sí para la mayoría de la población, para quienes vivimos al margen de "su" poder legítimo/ilegitimado. Clarificar el rol de cada una de estas instituciones sin caer en reducciones panfletarias es un paso importantísimo en la continua construcción de la educación que realmente soñamos, imaginamos y sentimos acorde a sujet=s libres y autónom=s, donde lo que prime no sea el utilitario status quo mercantil, el adoctrinamiento, o la clásica figura de un profesor, dopando de conocimientos escogidos arbitrariamente a un sin luz (alumno) manteniendo estancados los nuevos saberes y conoceres , la interacción entre sujetos con experiencias diversas y sabidurías múltiples.
"La calidad de educación", el "acceso a la educación" no son sino demandas que parasitan en una cancha ya determinada por quienes definen “para qué estudiar”, no estamos mas que perfeccionando dicha cancha en la que sólo se reforman (maquillan) aspectos superficiales que nada impactan en la sociedad que vivimos, las consignas simples, el petitorio construído en base al del año anterior, las demandas elaboradas a puertas cerradas, la falta de coordinación en el avanzar, la autocensura al diálogo y encuentro entre iguales y divers=s, sólo suman derrotas cotidianas que hacen mas fuerte la privación, la desigualdad y la injusticia social. Mientras puedan responder nuestras demandas, jugamos su juego.
El camino más fácil no siempre es el correcto, como estudiantes fácilmente nos han pasado gato por liebre en cuanto a demandas históricas y luchas sempiternas en torno a lo que nos involucra a tod=s como sociedad- desde el auxiliar que debe recoger tus desperdicios descuidados cuidadosamente, o el "lumpen infiltrado" o autoconvocado a una protesta-terapia para descargar su ira acumulada en la educación formal y el sistema en general- quizás las manifestaciones están enraizadas en una lógica dominante, en una lógica de racionalidad que comulga de muy buena manera con quien privatiza, domina y aprieta la soga al cuello.
En términos organizativos,`por ejemplo, la asamblea se toma como una fase de la organización por instituciones, o partes conformantes de ésta, sin que esto signifique la representatividad total de los actores involucrados, profesores lucha por profesores, estudiantes por compañeros, trabajadores de la educación por sus congéneres y de vez en cuando como maniobra estratégica se unen fuerzas de manera aleatoria según la situación, el clima, los ánimos. Con esto no se toma el peso de la asamblea como sujeto de cambio, mas allás de la mera asamblea , la construcción colectiva de soluciones por medio de la interacción, que debiera darse de manera horizontal, cotidiana, informal y diversa, siendo que es ahí donde el sistema mercantil, neoliberal, popularmente invisibilizado capitalismo flaquea, las estructuras partidistas, las organizaciones verticales, caen pronto, poseen fecha de vencimiento debido a que mantienen y legitiman las lógicas de su opuesto natural, querámoslo o no es mas peligrosa una instancia no-normativa, informal, espontánea de flujo de saberes y sentires, diálogos que una manifestación propiamente tal. Las instituciones poseen mecanismos de respuesta y prediccion de nuestras actividades y medidas de presión tradicionales (toma, paro, marcha,etc.) , no así con nuestra manera de relacionarnos, de solidarizar, de re-unirnos, re-conocernos y lograr responsabilizarnos de nuestras vidas y anhelos, ya sea en la micro, la protesta o cualquier espacio cotidiano, liberador y potencialmente creativo y peligroso para el frágil sistema.
Lenguaje nuevo, ideas nuevas, instancias creativas, para nada nuevas ni creativas; el capitalismo, la lógica positivista, el aparataje de pensamiento que sustenta esta forma de vida, nos son ajenas como sociedad, el "deficit atencional", castigado con fármacos que han provocado daños neuronales a menores de edad, no son más que pruebas concretas de que a la fuerza intentan hacernos digerir un "paradigma" de manera violenta, hecho mas que demostrado a traves de la historia. Nuestras raíces se encuentran en lo oral, en la interacción, el consenso y lo comunitario por sobre la mera aglutinación de individuos.
Si ponemos nuestras ganas en los que se escapa de las manos de lo institucional, formal y predecible, estamos separándonos de sus códigos, hablaremos un lenguaje propio, donde quienes fuimos destinados al margen de su poder y su juego, nos integremos entre sí a un sentir colectivo, seremos autónom=s sin requerir de una lógica de problema-solución , acción-reacción(perfeccionamiento del sistema), parasitaria para lograr crear el mundo que se nos de la gana, Decidiremos cuándo, dónde, como, en libertad y entre tod=s.
De otra manera solamente estaremos aportando a otro período de aparente transformación, la cual no hace mas que sumar cárceles, tiranos y escuelas a los que vienen después de nosotros, de manera egoísta obediente y como si nada hubiera pasado.
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miércoles, 25 de mayo de 2011
Carta abierta a las personas (en días de protesta social)
No importa cómo me llamo; simplemente soy una persona.
Sí importa desde donde escribo -desde el cansancio, el hastío, la rabia-, y para quien lo hago:
para otras personas. Si las pudiera describir, diría que les hablo a aquellas con las que me
topo a diario en la calle: las que tienen el ceño fruncido y la sonrisa extraviada.
Soy la imagen distorsionada que crearon esos que se enquistaron en el poder
hace más de veinte años. Soy aquello que los medios de comunicación que trabajan
en función de ese mismo poder construyeron maliciosamente: el que alega por todo,
el que anda puro webeando en las marchas, el que se aprovecha de éstas para perder clases,
el extremista, el desalmado, el pendejo culiao que mejor que se vaya para la casa, el infiltrado,
el desadaptado, el antisistema, el encapuchado, el delincuente, el terrorista.
Pero en realidad soy aquello que no pueden ni quieren legitimar.
La cosecha natural e inevitable de un sistema social y económico que ha demostrado su
incompatibilidad y brutalidad frente al bienestar de las personas y el medio ambiente
en el que éstas viven.
Como tú, también estudio, también trabajo.
Y como tú tengo también el ceño fruncido y la sonrisa extraviada.
Eso sí, te puedo asegurar que tú no tienes la culpa de ello, como tampoco yo por lo vuestro.
¿Cómo hicieron para hacernos creer lo contrario? ¿Cuándo fue que me convertiste en tu enemigo?
¿En qué momento se te cayeron los brazos?
¿Cuándo fue que giraste la mira hacia mí para atacarme e insultarme cuando pasé corriendo
al lado tuyo buscando un lugar donde esconderme?
¿Qué sentiste cuándo te dejaste vencer por los que secuestraron tu alegría?...
Soy tu vecino, el que se sube a la micro contigo, el que compra en tu almacén, tu hermano,
soy con el que compartiste la fogata para el terremoto, fui tu compañero de colegio, soy tu hijo,
el que se sentó al lado tuyo en el bar, en el metro, en el cine, en el concierto,
soy el que te contestó el teléfono, el que te sencilló el billete de cinco lucas,
con el que bailaste, el que te regaló un cigarro, al que le preguntaste una dirección,
con el que te chocaste de hombros en el paradero, soy el de la bicicleta, el del auto, el de la patineta,
soy el que subió a Internet la información que bajaste, con el que te abrazaste para año nuevo,
el que gritó gol en tu oído, al que le preguntaste la hora. Soy todo eso y muchas situaciones
cotidianas más.
Pero –definitivamente- no soy el que te tiene jodido y con el ceño fruncido.
Por eso compartimos mucho más de lo que crees y te lo puedo probar.
Ni tú ni yo saqueamos al Estado.
Yo no te subí el costo del pasaje de la micro ni tú me lo triplicaste cuando quise viajar en Semana Santa.
Yo no hice más cárceles para gente pobre ni tú construiste un resort para aquellos que mataron chilenos
en dictadura.
Ni tú le robaste al Estado cuando trabajaste en él ni yo me aseguré el futuro gracias a eso.
Yo no fui un cura abusador de niños ni tú un obispo protector de ellos.
Ni tú estás arrasando con la fauna marina ni yo con los bosques.
Ni yo estoy libre de impuestos como empresario minero ni tú se los cargas a los chilenos.
Ninguno de los dos se puso de acuerdo para subir los costos de los medicamentos.
Ni tú sacaste a Bielsa de la Selección ni yo lucro con algún equipo de fútbol.
Yo no congelé la vida de casi cincuenta conscriptos ni tú quemaste la de tantos y más reos.
Yo no te prohíbo tomar la píldora del día después y tú no ocultas los abortos que se hacen
en el barrio alto.
Nosotros no compramos acciones con información privilegiada.
Ni tú le vendiste las riquezas naturales de tu país a empresarios extranjeros
ni yo las compré para ganar dinero con su destrucción.
Yo no te prohíbo caminar por donde tú quieras ni tú usas gases químicos para impedírmelo.
Ni yo te cobro intereses usureros ni tú me persigues por no poder pagarlos.
Yo no te encarcelé por ser árabe ni tú lo hiciste conmigo por ser anarquista.
Ni yo te pido tu vuelto para después donarlo a mi nombre y disminuir mis impuestos
ni tú me obligas a pagar un seguro cuando necesito crédito para comprar.
Ni tú ni yo tenemos un medio de comunicación que le miente a la gente.
Ni tú ni yo tenemos canales de televisión que estigmatizan a los más pobres,
pero encubren a criminales de cuello y corbata.
Ni yo te pago una miseria ni tú lucras con mi educación.
Ni yo te prometo tiempos mejores en las elecciones ni tú ocupas tu cargo para favorecer a tus amigos.
Yo no me enriquezco estando en el poder y tú no distribuyes injustamente los ingresos de todos.
Yo no asesino por la espalda a mapuches y tú no acribillas a los trabajadores que protestan por
mejores sueldos.
Ni tu ambición ni la mía es tanta como para querer destruir la Patagonia.
Ellos, los que están en el gobierno, los que legislan para sus propios intereses,
los dueños de los medios de comunicación. Los grupos económicos que instalan represas,
talan árboles y extinguen peces. Los que dictan las reglas morales.
Los que lucran con la educación. Los Piñera, los Lagos, los Luksic, los Hinzpeter,
los Angelini, los Matte y tantos otros, están dispuestos a sacarte los ojos por el poder.
Ellos nos quieren divididos, y tienen el privilegio de contar con la complicidad de
muchas personas comunes y corrientes con las que –increíblemente- abusan a diario.
Ellos son como el escorpión que cruza el río en el lomo de la rana,
pero una vez en tierra no puede evitar picarla mortalmente.
Es su naturaleza. Sacúdete y libérate de ellos. Nosotros tenemos algo en común,
nos reconocemos en la calle. ¡Veámonos ahí!…
Atentamente,
otra persona
(extraido de El Clarin)